Tuesday, June 06, 2006

EL MOMENTO DE LAS SUMAS



En la vida pasamos por muchos momentos de reflexión; tal vez en la niñez no, porque no tenemos aun tanta información de vida acumulada ni tanto camino recorrido como para sentir la necesidad de hacer evaluaciones , pero ya desde los cuarenta empezamos a sentarnos cada vez mas tiempo a reflexionar sobre lo que hemos hecho, somos y sentimos.
E s cuando nos empezamos a ver en el espejo porque una mañana nos notamos una arruguita que ayer no observábamos y nos inunda un sentimiento de alarma, trepidación e inseguridad frente a nuestra acostumbrada identidad. Es como si nos dieran un campanazo en el oído y nos sacudiera tanto que nos tenemos que parar a pensar que algo esta cambiando. Empezamos por pequeñas cosas que vamos viendo en el día a día, en los comentarios ajenos sobre nosotros, nuestro aspecto, nuestra actitud.
Pero también comenzamos a hacer un análisis interior siempre mas profundo; si hasta ayer arreglaba mi apariencia hasta el detalle, ahora no siento que sea tan importante, con tal de estar presentable es suficiente; después de todo eso no es fundamental en la vida; si antes me molestaba por pequeñeces y por todo polemizaba, ahora no tengo ánimos de hacerlo porque en verdad no vale la pena mi descontrol interior por poca cosa; la edad llega a cambio de sabiduría y madurez, y después de todo es algo que Dios ha hecho así para preservarnos en condiciones normales de una muerte prematura, ya que si siguiéramos conservando la misma vehemencia y la misma impulsividad juveniles, no sobrepasaríamos los cuarenta.
A medida que vamos avanzando en el tiempo, nos damos cuenta de que nos sensibilizamos o conscientizamos mas con respecto a los mismos cuentos que oíamos antes también, pero que debido a la juventud no nos tocaban tanto, pero que ahora llegan hasta la ultima fibra de nuestro ser. Y somos capaces de intervenir para colaborar efectivamente. Establecemos prioridades, porque todo lo juzgamos desde otro punto de vista, inclusive el amor; la prioridad es la confianza, el respeto, la lealtad, la conversación, la complicidad, el sexo es un complemento importante pero que también deja mas espacio a los valores emocionales y morales.
Ahora bien, asumir estas nuevas maneras de vivir y pensar, nos cuestan muchos momentos de tristezas, depresiones , bajones de autoestima, pastillas y psicólogos, ya que tenemos que encontrar un nuevo cauce a nuestro mundo interior y exterior y sobre todo , aceptarlo con serenidad como la normalidad de la vida que va transcurriendo. Los cuarenta, los cincuenta y todos los “enta” que siguen, representan para muchísimos de nosotros, el comienzo de la etapa final de la existencia, estemos en perfectas condiciones de salud o menos, pero ya la etapa en la que nos damos cuenta mas que nunca, que no retrocedemos, y que no nos podemos permitir salirnos de los rieles con la facilidad y despreocupación que nos caracterizaban “antes”. Nuestro cuerpo ya no responde con la misma rapidez, nuestra mente tampoco; nuestras metas van disminuyendo paulatinamente, nuestras ilusiones también; nos cuestionamos todo lo que hemos hecho, logrado y lo que no hemos alcanzado a realizar; allí es donde empezamos a ser severos autocríticos que no se perdonan fácilmente y se pueden recriminar la ineficiencia de su propia actuación en la vida.
Nuestro cuerpo presenta muchas señales de puntual envejecimiento y tenemos que enfrentarnos a un conflicto continuo con nuestra propia vanidad, que nos reclama mas esfuerzos para no bajar la guardia y seguir luciendo bien y juveniles; la factura medica aumenta en cuanto los “achaques” son mas frecuentes y numéricamente mayores; no perdonan su imperturbable avance; con el tiempo llegamos a decir: “ en mi cabeza haría de todo, pero mi cuerpo ya no me sigue”....Nos cuestionamos si hemos sido buenos padres y hemos sido capaces de ayudar a nuestros hijos a ser personas validas y sólidas en este mundo; si nos hemos esforzado lo suficiente o hubiéramos podido hacer mucho mas.
Indudablemente no son etapas fáciles, porque los cambios que vienen ya están proyectados y es duro tener que aceptarlo; aparecen en nuestro vocabulario palabras como “menopausia” y “andropausia”, lo que comporta una revolución física y emocional semejante a la adolescencia pero en sentido opuesto; asimismo el solo hecho de decir o pensar que estamos sacando las cuentas finales de nuestra actuación en este mundo, también nos deja un sabor a “jubilación” poco agradable mas por el tiempo que nos queda por delante que por la calidad de lo que hemos hecho.
El punto de reflexión es que encontrar sentido y objetivos de aquí en adelante no es fácil, pero también sabemos que día tras día hemos dado todo lo que éramos capaces de dar; que día tras día hemos aprendido para bien o para mal , pero aun así fue un maravilloso aprendizaje que nos permitió aprovechar mejor las oportunidades; que quienes hemos tenido hijos hemos dado concientemente lo mejor que éramos y teníamos por ellos y que no nos resultaron tan mal, y los que no los tuvieron físicamente se abocaron a hacer bien a otros; que muchas metas también se han cumplido como deseábamos, que podemos decir ser mas asertivos y que en fin, esta etapa a venir también tiene grandes satisfacciones , que son las que se disfrutan en calma en la mayor parte de los casos, y cuando ya nuestra mente no quiere complicaciones ni conflictos, sino paz y armonía y nos lo podemos permitir sin sentirnos culpables de quitarle tiempo a nadie.
Cuando asumimos que todo tiene un comienzo pero también un final, sabemos que hay citas puntuales a las que no podemos escapar, entonces tomémoslas todas con la alegría de vivir los famosos “entas” cualesquiera que sean, y pasar por todas las “pausias” que vengan; disfrutemos el poder que nos da la madurez y la experiencia como para hacer que estas etapas sean llenas y satisfactorias al máximo; cuando por fin nos podemos dar el lujo de enseñar, de ser escuchados, de dejar progresivamente la toma de responsabilidades y decisiones, porque las nuestras ya las hemos tomado y de sobra y sentarnos a ver como se afanan los demás en su diario corre corre. Podremos reírnos y sonreírnos de todo lo que a los otros todavía les preocupa.

6 comments:

TICTAC said...

El momento de las sumas....si', tu bello post lo resumistes muy bien con el titulo...pero-pero la matematica para mi siempre ha sido una opinion y nunca coincidio' con la del profesor...jajajaja...en la vida me gusta sumar con creatividad y dejar que los momentos de reflexion sean para seguir haciendo proyectos con la misma energia!! Right on!!
Saludos..

Anonymous said...

Muy interesante tu escrito!
Seguramente todos nos enfrentamos a los cambios en formas diferentes,ademas que hombres y mujeres son casi dos mundos opuestos, hablando de "pausias"...nosotras andamos a millon y aun llenas de expectativas mientras ellos con barrigones y achantes varios!!jijiji..

Magali de Valencia

tremas said...

Hola.
Lei tu post, y si bien un escrito refleja un momento congelado que le robamos al tiempo -que viene y luego como vino se va- creo importante las evaluaciones personales en todo instante de la vida,mas tarde o mas temprano uno necesita hacer balances.

¡Muchas Gracias por tu comentario! el que una persona de trayectoria se tome la molestia de alentar a un principiante es de mucho animo y ayuda.

aquasol2 said...

TREMAS
gracias por venir a visitarme!!...honor que me hace tu opinion.!!
A las personas llenas de entusiasmo y optimistas como tu hay que apoyarlas siempre! la vida se trata de eso: entusiasmo, adaptabilidad y esfuerzo.. y saber que no obstante todas las sumas que se sacan siempre lo que queda por delante vale la pena descubrirlo!!
saludos!

aquasol2 said...

tictac
claro!! de eso no hay dudas! como dije al final, toda etapa tiene cosas buenas que no se podrian apreciar en las otras!!
gracias por venir!

magali
en efecto creo que las mujeres la llevamos mejor despues de todo!! no mantenemos esa competitividad masculina que es la raiz de muchas tristezas pòsteriores para ellos!! en fin...W la mujer!
saludosss y gracias por venir!

Anonymous said...

Vamos cambiando y a lo largo del tiempo nuestra sensibilidad se refleja en diferentes objetos. Somos los mismos y somos distintos, lo bueno y sabio es mantener siempre el equilibrio.

Besos